Cómo saldar la deuda

article picture

Casi nadie quiere estar endeudado. Además del estrés que conlleva saber gestionar la deuda, el endeudamiento también se correlaciona con una peor salud, lo que puede tener efectos secundarios en la calidad de vida.

Aun así, las deudas también forman parte de la vida. En algún momento de nuestras vidas, la mayoría de nosotros arrastramos un saldo de tarjeta de crédito, pagamos préstamos estudiantiles o compramos un artículo caro con un plan de pago.

Desenvolverse bien con la deuda puede ser difícil cuando se parte del saldo que aún hay que reponer. Por eso estamos aquí para ayudar con algunos consejos sobre cómo gestionar y saldar la deuda con éxito.

Concéntrate en qué deudas te suponen un mayor coste 

Se recomiendan distintos métodos sobre qué debe priorizarse cuando se tienen diferentes deudas que saldar. Algunos dicen que es mejor empezar por liquidar íntegramente las cuantías más pequeñas para ganar la confianza que permitirá hacer frente a las cuantías más grandes.

Sin embargo, vamos a recomendarte otra cosa: empieza por pagar las cuantías con tipos de interés más elevados y que suponen un mayor coste para ti. Los pagos de intereses son dinero que se pierde sin hacer mella en la deuda real. Cuantos más de esos tengas, más difícil te resultará gestionar la deuda. En algunos casos, pueden incluso incrementar tu deuda mientras la estás saldando.

El primer lugar en que mirar es la tarjeta de crédito. Las tarjetas de crédito suelen aplicar un interés del 19 % o 20 % sobre los saldos de apertura, un tipo de interés sobre la deuda muy superior a otros. Si logras reponer el dinero íntegramente en tu tarjeta de crédito, tendrás mucho más dinero para lo que venga después.

 

Sin embargo, puede que el mayor coste no siempre radique en la tarjeta de crédito. Dependiendo del saldo, un tipo de interés bajo podría suponer un coste más elevado. Tómate el tiempo para calcular los intereses que pagas sobre todos tus saldos y céntrate primero en el más grande.

Comprométete a saldar una cantidad con tu sueldo

Se trata de un truco psicológico: siempre es más fácil apegarse a un plan de gastos cuando uno se restringe a sí mismo anticipadamente. Si has estado saldando la deuda con lo que te queda de sueldo cada mes, intenta hacerlo al revés. Comprométete con destinar una cantidad en el momento en que cobres el sueldo. Lo que quede es de lo que vivirás hasta que llegue el próximo sueldo.

De esta manera, has priorizado la deuda y puedes olvidarte de ella hasta la siguiente paga. Es lo mismo que lavar los platos antes: saber que tienes el fregadero sucio suele pesarte y costarte más energía de la que hubiera costado lavar los platos.

No te preocupes por los ahorros, por ahora

Los expertos en ahorro recomiendan seguir unas prioridades respecto a lo que se hace con el dinero. Aunque existen distintas variaciones entre expertos, la mayoría está de acuerdo en que saldar la deuda es más importante que ahorrar. Eso no significa que debas descuidar los ahorros por completo. Por ejemplo, no deja de ser buena idea tener un fondo constituido por un sueldo para días de necesidad, en caso de emergencia.

No obstante, deja los planes de ahorro más grandes por ahora. Una vez que estés en una situación más manejable con tu deuda, el dinero que estabas destinando a saldarla podrá empezar a fluir hacia los ahorros.

Sobre todo, no te olvides de cuidarte. La deuda es increíblemente estresante, y mereces gozar de felicidad y seguridad. Pagar las deudas es un acto de cuidado personal, pero siempre debes recordar que lo estás haciendo lo mejor que puedes y que todo va a ir bien.