¿Debería invertir en Vivendi?

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¿Qué tienen en común un videojuego para móviles desarrollado por Gameloft, un partido de fútbol retransmitido en Francia, Italia o España por Canal + o el último single de Migos distribuido por Universal Music? Respuesta: todos forman parte del mismo consorcio: Vivendi.

Universal Music, Gameloft, Canal+ o el grupo publicitario Havas: la multinacional de la industria discográfica, cinematográfica y televisiva está en todas partes. Si ves la televisión en Francia, escuchas música, juegas en tu teléfono móvil o incluso si ves anuncios por la calle, será casi imposible que escapes de ella.

Pero, ¿merece la pena invertir en Vivendi?

Hasta ahora esta habría sido una estrategia bastante eficaz. 1.000 euros invertidos en el gigante de las telecomunicaciones y el entretenimiento a principios de 2010 valdrían hoy unos 1.640 euros. En comparación, la misma cantidad invertida durante el mismo periodo en el índice CAC 40 habría rendido unos 1.560 euros. La tendencia a que la acción se comporte mejor que la media de las empresas francesas que cotizan en bolsa se ha confirmado en el último año, ya que la cotización de Vivendi ha subido un 50%, frente al 42% de todas las empresas del CAC 40.

Del suministro de agua a los medios de comunicación

Vivendi no siempre se llamó Vivendi, y no siempre estuvo en el negocio de la música y el entretenimiento. Su historia se remonta a mucho tiempo atrás. El grupo Vivendi es en realidad heredero de la Compagnie Générale des Eaux, fundada a mediados del siglo XIX y cuyo negocio se basaba en el suministro de agua en muchas ciudades francesas.

En los años 80, la empresa decidió diversificarse e invertir en medios de comunicación participando en la creación del primer canal de televisión de pago en Francia: Canal+, una revolución en el panorama mediático francés. Esta estrategia de diversificación e inversión intensiva en telecomunicaciones y medios de comunicación continuó a lo largo de la década de 1990, hasta que en 1998 el cambio fue definitivo. La Compagnie Générale des Eaux oficializó de alguna manera su cambio de actividad y cambió su nombre por Vivendi.

Más dura será la caída

Los últimos años de la década de los 90 y los 2000 fueron una época de turbulencias para el grupo. La empresa se escinde de su división de gestión de agua y residuos, y continúa su expansión en el sector de los medios de comunicación, adquiriendo o fusionándose con grandes desembolsos con empresas de prestigio, como el grupo cinematográfico Pathé, Universal, o la desarrolladora y distribuidora de videojuegos Blizzard (puede que la conozcas por ser los creadores de Warcraft).

La historia de éxito fue bonita, pero duró poco. El 10 de marzo de 2000, las acciones de la empresa alcanzaron su nivel más alto, con 145,16 euros. Pero dos años después, se desplomó. Plagada de problemas de liquidez y al borde de la insolvencia, la empresa estaba perdiendo mil millones de dólares al mes y la acción cayó a su nivel más bajo el 16 de agosto de 2002, a 8,35 euros. Se sucedieron los despidos de directivos y las cesiones de activos, hasta que la empresa se recuperó gradualmente, olvidando sus sueños de dominio mundial y volviendo a centrarse en sus actividades en Francia.

El cambio de rumbo de Bolloré

¿Cómo podemos hablar de Vivendi sin mencionar el nombre del mayor tiburón del capitalismo francés actual, Vincent Bolloré? Este heredero de una fábrica de papel bretona (quizás utilices sus papelillos OCB para liarte los cigarrillos) se ha ganado esta fama adquiriendo acciones en numerosas empresas desde los años 80, al estilo de un Warren Buffett francés. El empresario entró en el capital de Vivendi en 2014 y se convirtió en su principal accionista con el objetivo de convertir al grupo en líder de los medios de comunicación franceses. Aunque la estrategia del nuevo jefe del grupo fue bien recibida por los mercados (la cotización del grupo subió casi un 70% desde que tomó el control), ha generado mucha polémica en Francia.

Recorte de presupuestos, acusaciones de hacer una televisión de bajo coste, pero también interés en influir en el debate político: Bolloré se enfrenta a numerosas acusaciones procedentes de una gran parte del establishment político y mediático francés. El principal accionista de Vivendi es conocido por dirigir su grupo con mano de hierro, razón por la que muchos periodistas han tenido que abandonar las distintas cadenas, a menudo obligados por sus directivos, por desacuerdos editoriales. El canal de noticias 24 horas del grupo, CNews, ha dado un giro editorial de 180 grados, convirtiéndose en una especie de Fox News francés, con muchos columnistas conservadores, mientras que antes era conocido por ser un canal progresista.

Actualmente, el grupo Vivendi continúa su expansión en los medios de comunicación franceses al convertirse en el mayor accionista del grupo Lagardère (propietario de varias cadenas de radio y periódicos nacionales) y pretende multiplicar las sinergias entre sus diferentes medios. Por otra parte, ha comenzado a desvincularse de Universal Music Group, ya que ha vendido el 20% de su capital al coloso asiático de Internet Tencent.

Hoy en día, invertir en Vivendi significa apostar por una empresa que ha decidido volver a centrarse en su negocio de los medios de comunicación franceses y abandonar el sueño de dominio internacional. ¿La elección de Vincent Bolloré será la correcta?

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