¿Por qué los inversores apuestan por empresas sin beneficios?

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El objetivo de cualquier empresa es hacer negocios y obtener beneficios, ¿no? Entonces, ¿por qué algunas de las empresas más populares, conocidas por su espectacular rendimiento bursátil, nunca han obtenido beneficios o éstos han sido mínimos? Tenemos ejemplos como Tesla, Uber o Spotify. ¿Por qué los inversores ponen su dinero en empresas que no son rentables? Te lo explico en este post. Acompáñame.

Cómo funcionan las empresas

La primera vez que trabajé en una start-up, no entendía en absoluto el modelo de negocio. La empresa crecía rápidamente, la gente entraba y salía constantemente, y había un montón de ventajas para los empleados, como enormes fiestas con barra libre y montañas de comida casi todos los días. Una vez, incluso tuvimos masajistas para contribuir a que el ambiente fuera más distendido. Esto es sólo una anécdota, pero en resumen, me sorprendió que una empresa que no generaba beneficios gastara el dinero como si lloviera del cielo y siguiera recibiendo millones de euros de los inversores. 

Sí, es cierto. Es una startup, no una empresa que cotiza en bolsa. Pero en los últimos tiempos hemos visto muchas startups que han salido a bolsa sin haber declarado beneficios. De hecho, menos de un tercio de las empresas que salieron a bolsa en 2019 obtuvieron beneficios. ¿Y después de la oferta pública de venta? Después, muchas siguen sin ser rentables. 

Por ejemplo, Spotify salió a bolsa en 2018 con unos ingresos operativos en negativo y, en los años siguientes, no solo no generó ningún beneficio anual, sino que aumentó sus pérdidas de 73 millones de euros en 2019 a 293 millones en 2020. Esto se debe a que, a pesar de sus ingresos crecieron, los gastos en crecimiento fueron muy elevados (creación de contenidos, marketing, ventas y obtención de derechos de contenidos de audio y vídeo). 

Sólo en los dos últimos informes de resultados trimestrales, del primer y el segundo trimestre de 2021, sus resultados han terminado siendo positivos. Y sorprendentemente, desde el 15 de febrero, cuando su cotización alcanzó un máximo del 129% superior al precio de su salida a bolsa, la tendencia ha sido a la baja.

¿Por qué los inversores invirtieron su dinero en esta acción cuando no era rentable, y por qué retiran su confianza ahora que está ganando dinero? La razón es a la vez muy simple y muy compleja: se mueven por la promesa de un gran crecimiento.

Invertir en crecimiento vs. invertir en valor

Del mismo modo que explicamos que hay dos tipos de inversores, los toros y los osos, también hay diferentes estilos de inversión. Los inversores más tradicionales siguen estrategias basadas en la inversión en valor (value investing): buscan empresas con buenos resultados y generosos dividendos, y tratan de detectar acciones infravaloradas, conocidas como hidden gems o joyas ocultas, que creen que acabarán subiendo. 

Para ello, revisan los fundamentos de la empresa (¿te acuerdas del análisis fundamental?) y comparan ratios financieros antes de tomar sus decisiones. La inversión en valor se considera en general menos arriesgada porque normalmente los precios de las acciones tienden a subir lentamente y son menos volátiles. Algunos ejemplos de value stocks son Volkswagen y Ford. 

Para los más intrépidos está la inversión en crecimiento (growth investing). Las empresas por las que optan este tipo de inversores no son necesariamente rentables ni reparten dividendos. Suelen ser empresas innovadoras que son líderes en su sector o que destacan por alguna razón, a menudo basada en métricas alternativas como el número de usuarios. Muchas de estas empresas, aunque no tienen un buen rendimiento en la actualidad, ofrecen un potencial de crecimiento y beneficios superior a la media. El precio de sus acciones en relación con sus beneficios suele ser elevado. Su rápida expansión o su destacada cuota de mercado llevan a algunos inversores a creer que tendrán un papel destacado en el futuro y que el precio de las acciones subirá exponencialmente. Pero, por supuesto, esto puede no ser así. En general, son acciones más volátiles.

Tesla es un claro ejemplo. El fabricante de automóviles debutó en bolsa en 2010 sin haber obtenido nunca beneficios y no fue hasta 10 años después, en 2020, cuando obtuvo sus primeras ganancias anuales. Aun así, el precio de sus acciones está muy por encima de grandes empresas de su sector, como VW y Ford. Parece que a Elon Musk se le ha dado muy bien vender la promesa de que Tesla será un actor importante en el mercado automovilístico del futuro.

Volvamos a Spotify. La posición dominante en el mercado de la música en streaming tiene un alto coste, pero para los inversores este gasto merece la pena, porque el número de suscriptores crece de manera constante y tiene la mayor cuota de mercado de su sector. Sin embargo, para mantenerse, Spotify tendría que subir el precio de sus suscripciones, de lo contrario, probablemente volvería a entrar en pérdidas. Sin embargo, con lo competitivo que es el mercado ahora, probablemente no sea el mejor momento. En consecuencia, cuando las perspectivas han empezado a ser menos optimistas, los inversores interesados en el crecimiento parecen haber perdido la confianza. 

Entonces, ¿merece la pena invertir en empresas no rentables?

Invertir en una empresa innovadora y disruptiva puede hacerte ganar mucho dinero. Las grandes empresas tecnológicas que ahora vemos liderar el S&P 500 fueron en su día grandes promesas con pérdidas. De alguna manera, la inversión en crecimiento se ha convertido en una tendencia con mucho hype en la última década, y ahora el objetivo de muchos inversores es encontrar el nuevo Amazon.

La compañía de Jeff Bezos encarna el ejemplo perfecto de una promesa que ha cumplido las expectativas. Tardó 10 años desde su creación y 7 desde su salida a bolsa en obtener beneficios. Pero ahora, 7 años después de ese hito, Amazon reporta resultados astronómicos. Sus ingresos netos anuales para 2020 fueron de 21.000 millones de dólares, un aumento del 84,08% respecto a 2019. 

Ahora bien, también hay empresas que no sabemos si llegarán algún día a ser rentables. Uber es enorme, pero ¿será alguna vez sostenible? ¿Puede que exista una burbuja en torno a empresas tecnológicas como Snap y Lyft?

En cualquier caso, los criterios de los inversores para decidir dónde poner su dinero sin duda han cambiado mucho en los últimos años y el riesgo se percibe de forma diferente. Una buena estrategia para aprovechar los beneficios de estas empresas innovadoras sin exponerse a un riesgo excesivo es diversificar e invertir sólo un porcentaje fijo de tu cartera en estos activos. La cantidad dependerá de tu tolerancia al riesgo, tus objetivos de inversión y tu horizonte temporal.

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