¿Cuánto apetito de riesgo tienes?

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Incluso si no sabes nada sobre inversiones, probablemente sí eres consciente de que es un comportamiento que conlleva un riesgo intrínseco. La palabra «riesgo» puede dar miedo. El puenting es arriesgado. Invitar a salir a la persona que te gusta es arriesgado. El riesgo en el mundo de la inversión es ligeramente distinto a esos dos. ¿Pero qué significa exactamente? ¿Y cómo calculas tu apetito de riesgo?

 ¿Qué es el riesgo?

En pocas palabras, cuando una actividad es arriesgada significa que no hay garantía de obtener de ella el resultado preferido. Si pones 10 canicas rojas y 10 canicas azules en una bolsa y sacas una a ciegas, las posibilidades de sacar una canica roja o una canica azul son las mismas. Pero si solo deseas tener una canica roja, existe el riesgo de que saques una azul.

La inversión funciona igual. El valor de una acción, un bono, un ETF o cualquier otra cosa en la que hayas invertido puede aumentar o puede disminuir. Si aumenta, ganas dinero; si disminuye, pierdes. Por supuesto, a todos nos parece bien ganar tanto dinero como sea posible, pero la cuestión de cuánto dinero estás dispuesto a perder es lo que define tu apetito de riesgo.

Riesgo y volatilidad 

Si bien todos los productos en que puedes invertir suben y bajan, algunos suben y bajan más que otros. A eso se le llama volatilidad. Un instrumento volátil puede aumentar un 20 % un día, pero perder un 30 % al día siguiente. Un instrumento de baja volatilidad puede perder solo un 0,5 % en un mal día, pero tampoco ganará mucho más que eso en un buen día.

Ten en cuenta que siempre puede ocurrir lo impensable: independientemente de en qué hayas invertido, existe la posibilidad, por pequeña que sea, de que su valor baje a cero y pierdas todo tu dinero. La volatilidad de un instrumento no es una garantía, sino más bien una guía general.

En este sentido, las acciones se consideran más volátiles que los ETF y los bonos del Estado. Las empresas individuales pueden tener un trimestre bueno o malo, pero los ETF, que se componen de las acciones de varias empresas, pueden compensar el mal rendimiento de una con el buen rendimiento de otra. Los bonos del Estado, especialmente los de los países ricos, también tienden a ser menos volátiles que las acciones, porque las empresas no quieren ir a la quiebra, pero los países aún menos.

Apetito de riesgo

Entonces, ¿cuánto dinero estás en posición de perder? Es una pregunta difícil de responder, porque depende más de los sentimientos que de la lógica. Es posible que te digas que puedes sobrevivir económicamente perdiendo todo el dinero que has invertido, pero imagina cómo te sentirías. Si la idea te parece bien, quizá es porque tienes apetito de más riesgo. Si la idea de perder todo tu dinero te da miedo, quizá quieras averiguar cómo reducir el riesgo.