Vamos a suponer que llevas un tiempo leyendo este blog y has estado aplicando nuestros consejos invirtiendo el cashback que recibes por tu compras en la app Vivid. Ahora quieres pasar de nivel e invertir una parte importante de tus ahorros. Pero, ¿cómo te aseguras de que lo estás haciendo bien? ¿Deberías mirar los gráficos de las cotizaciones? ¿Deberías leer los informes de resultados? ¿Es más importante una cosa que la otra?
En casos como éste, puede ser una buena idea ver cómo lo hacen los profesionales. Así que vamos a ver los diferentes métodos que utilizan los profesionales de la inversión a la hora de elegir sus acciones.
En términos generales, todas las cosas que hacen los inversores profesionales pueden agruparse bajo el término análisis bursátil. El análisis bursátil es el conjunto de técnicas que ayudan a evaluar un valor, sector o mercado. Analistas e inversores estudian el pasado y presente de una empresa o activo para obtener una ventaja competitiva a la hora de invertir.
Básicamente, tratan de estimar la gran incógnita de las inversiones de renta variable: su rentabilidad. En este punto el camino se bifurca existen dos métodos distintos: análisis técnico y análisis fundamental. Interpretan los datos sobre el comportamiento de los mercados y los valores de maneras muy diferentes. Pero, en definitiva, ambos buscan anticipar el futuro.
El análisis fundamental es una especie de hermano empollón del análisis bursátil. Este método requiere revisar muchos datos para decidir si una acción podría ser rentable o no.
Los analistas fundamentales piensan que el valor real de una acción no siempre se corresponde con el valor que tiene en el mercado.
Habrás oído seguramente que cuando una acción está infravalorada es recomendable comprarla o cuando está sobrevalorada es momento de venderla. Eso es exactamente lo que trata de averiguar el análisis fundamental.
El valor real de una acción se basa en información que proporciona la empresa sobre los activos que posee, los beneficios que genera, el grado de endeudamiento, su liquidez, eficiencia, crecimiento interanual, etc.
Esos datos se encuentran en los informes anuales, presentaciones y notas de prensa de la compañía. En concreto, la mayor parte de la información fundamental está disponible en los tres principales informes financieros: la cuenta de pérdidas y ganancias, el balance y el estado de flujos de efectivo. Por si no lo recuerdas, hablamos de ellos en nuestro post sobre el informe de ganancias.
A partir de todos estos datos, se calculan los ratios que ayudan a comparar empresas, como el PER, la rentabilidad por dividendo o el ratio Precio/Valor Contable. Si quieres saber más sobre este tema, también puedes leer nuestro artículo sobre ratios financieros.
Los resultados de una empresa suelen compararse con los de años anteriores o con los de otras empresas del mismo sector. También se tienen en cuenta datos del entorno, como los tipos de interés y la evolución de la economía y global.
La idea principal es responder a la pregunta: ¿comprar estas acciones me hará ganar dinero? Esto puede ocurrir tanto si el precio de las acciones aumenta, como a través del reparto de dividendos. Pero en el fondo, el análisis fundamental consiste en conocer todos los detalles de la actividad de una empresa para hacer una estimación sobre su salud y su rendimiento en el futuro. Normalmente se pueden encontrar estos documentos en el sitio web de la empresa, pero también están disponibles en sitios web como Morningstar o Yahoo finance, que tienen una sección con datos financieros y además calculan los ratios.
Si el análisis fundamental es el hermano estudioso, el análisis técnico es la hermana guay a la que le gusta la astrología. Este tipo de análisis tiene en cuenta las cotizaciones pasadas y presentes para predecir los movimientos futuros de las acciones.
El análisis técnico tiene unas premisas en las que hay que creer. Son conclusiones a las que los analistas han llegado tras siglos de estudio del comportamiento de los mercados.
El análisis técnico utiliza gráficos que indican el precio de la acción y el volumen de acciones compradas y vendidas en el tiempo. En otras palabras, observa el precio en relación a la oferta y demanda en el mercado.
El volumen es decisivo para confirmar una tendencia. Las tendencias son líneas que conectan puntos de máximos y mínimos. Se considera tendencia alcista cuando supera el máximo de referencia y bajista cuando cae por debajo del mínimo de referencia. Las tendencias alcistas y bajistas nos ayudan a decidir cuándo comprar y vender.
Además de las tendencias, existen otros indicadores, como las resistencias (máximos de precio que no se suelen superar), los soportes (precios mínimos por debajo de los cuales no suele caer la cotización) o las tendencias laterales (el precio se mueve en un rango sin grandes oscilaciones). También hay cientos de patrones que indican tendencias que se repiten históricamente. Es una especie de registro de las reacciones humanas a los movimientos de los precios de las acciones.
Sólo es realmente útil cuando la oferta y la demanda influyen en el precio de las acciones. Si es por otros motivos, como cambios en la dirección o una fusión con otra empresa, puede no ser eficaz.
Por supuesto, no podemos responder a esta pregunta. Sobre todo porque no conocemos la respuesta.
Los dos tipos de análisis pueden llegar a la misma conclusión por razones muy diferentes. Al final, muchos inversores y analistas utilizan una combinación de ambas para tener una visión en profundidad de las empresas y el estado emocional de los inversores.
El análisis fundamental entiende que, aunque una empresa pueda tener altibajos debido a factores internos o externos, a largo plazo, si el negocio es sólido, será rentable. Pero a corto plazo, las acciones no siempre se mueven por razones racionales. Hay innumerables ejemplos de acciones que suben o bajan de precio sin estar relacionado con un cambio en la empresa, sino en base a razones especulativas.
El análisis técnico puede ser más útil como herramienta de trading y complemento del análisis fundamental en las inversiones a largo plazo.
Una diferencia a tener en cuenta es que el análisis fundamental requiere mucho más tiempo (piensa en leer los informes de las empresas, comprobar los ratios, etc.). En cambio, el análisis técnico requiere saber detectar tendencias y reconocer patrones, pero el seguimiento es más rápido.
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