Cómo ser un inversor socialmente responsable

Eliges el transporte público o la bicicleta para ir al trabajo, separas la basura, celebras la diversidad y te involucras en los problemas de tu comunidad. Pero, ¿te has preguntado alguna vez si tus finanzas son éticas? 

Invertir no tiene por qué ser necesariamente sinónimo de trading especulativo, ni tienes que ignorar que hay empresas que trafican con armas, que no respetan los derechos humanos o que son especialmente contaminantes. En su sentido más básico, invertir significa apoyar económicamente proyectos que crees que van a ser más valiosos en el futuro. 

Vamos a ver qué es la Inversión Socialmente Responsable (ISR) y cómo tus rendimientos financieros pueden ser coherentes con tus principios. También explicaremos por qué una apuesta consciente por activos sostenibles no solo contribuye a construir un futuro mejor en este planeta, sino que también supone inversiones más estables a largo plazo.

¿En qué se basan las inversiones responsables y sostenibles?

La inversión socialmente responsable es una estrategia para construir tu cartera basada en la seleccionar empresas sostenibles y con conciencia social. Existen varias formas de evaluarlas. La más básica consiste en pasar una verificación o screening para excluye a las empresas que desarrollan determinadas actividades que se consideran social y ambientalmente perjudiciales. Esto suele significar rechazar las industrias relacionadas con la producción de armas, combustibles fósiles, alcohol, tabaco, comida rápida, juegos de azar, pornografía o el ejército. 

Un sistema de valoración más avanzado y preciso, acordado por diferentes organizaciones internacionales, se basa en los factores conocidos como ESG: Environmental, Social, and Governance (o ASG, en español, haciendo referencia a las cuestiones Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo). Estos criterios tratan de medir el impacto de las empresas a partir de estas tres cuestiones principales:

• Medio ambiente: lucha contra el cambio climático, uso de recursos naturales, contaminación y tratamiento de residuos, o uso de energías limpias.
• Justicia social: respeto a los derechos humanos, diversidad racial o de género, privacidad de los datos, protección del consumidor y relaciones con la comunidad, entre otros.
• Gobernanza responsable: transparencia, cumplimiento fiscal, políticas antidiscriminatorias, seguridad y salud en el trabajo, ética empresarial o medidas contra el soborno y la corrupción.

¿Cómo asegurarse de que una empresa es sostenible?

Los reguladores financieros, junto con las organizaciones de inversión sostenible (como Eurosif), se ocupan de que las empresas cumplan con sus políticas, mientras que las agencias de rating analizan la información que proporcionan las empresas (la nueva normativa de la UE les permite solicitar estos datos) para otorgar las calificaciones ESG. 

Las distintas agencias de calificación ESG utilizan criterios y metodologías diferentes. En el caso de Sustainalytics, se califica a las empresas dando una relevancia diferente a cada punto en función de la industria que se trate. De esta manera, comparan a las empresas dentro de sus sectores. MSCI ESG Research, por su parte, analiza una serie de cuestiones clave en materia de ESG, divididas en diez temas. Thomson Reuters ESG Data también utiliza una gran cantidad de datos para evaluar métricas agrupadas en categorías con diferentes peso en la puntuación global. Teniendo en cuenta sus criterios, puedes decidir dirigir tus inversiones a temas específicos que quieras apoyar.

De manera resumida, estas son las ventajas de las ISR en comparación con una cartera tradicional: 

• Transparencia: más información sobre sus activos. 
• Mejor gestión del riesgo: las empresas con altas puntuaciones ESG están mejor preparadas para afrontar los retos actuales. Suelen ir por delante de las leyes en lo que respecta, por ejemplo, a la lucha contra el cambio climático.
• Los inversores tienen más control e influencia sobre las decisiones empresariales: estas empresas tienden a establecer un diálogo con la sociedad. 

Por otro lado, debes tener en cuenta que se trata de inversiones a largo plazo. El objetivo final es conseguir la sostenibilidad de estos proyectos en el futuro. 

Crea tu cartera ISR

Hay diferentes maneras de ser un inversor responsable y sostenible. Puedes comprar acciones de empresas con altas puntuaciones ESG, formar parte de un fondo de inversión ESG o comprar ETFs socialmente responsables. Los índices sostenibles son la forma más fácil de invertir en un tema específico que te preocupa. Algunos de los más reconocidos son el Dow Jones Sustainability Index (emitido por Dow Jones Indexes) y el FTSE4 Good Index (FTSE, Financial Times Stock Exchange). Además de estos, los Robo-advisors (apps que recogen tus preferencias y perfil, y crean una cartera a medida para ti) pueden ser también una opción. Por último, por supuesto, puedes contar con un asesor financiero.

La forma más fácil y rápida es, sin duda, a través de tu app Vivid. En ella puedes invertir sin comisiones en acciones con una alta puntuación ESG, como Nvidia (NVDA), Microsoft (MSFT), Salesforce.com (CRM), Adobe Systems (ADBE). También ofrecemos ETFs con calificación AAA de MSCI, como iShares MSCI Europe Financials ETF (EUFN).

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El futuro de las ISR

Las nuevas regulaciones están potenciando las finanzas sostenibles. En particular, la UE va a poner en marcha medidas para fomentar la inversión privada en crecimiento sostenible con el fin de contribuir a una economía climáticamente neutra (ya que los objetivos del Acuerdo de París no pueden alcanzarse utilizando únicamente fondos públicos).

Además, existe una mayor demanda por parte de los inversores institucionales que buscan garantías a largo plazo. Las ISR también implican un posicionamiento y una estrategia de diferenciación para los bancos, las compañías de seguros y las empresas de gestión de activos que las incorporan en su misión.

Parece que el karma funciona. Todo lo que inviertes para mejorar el mundo, volverá a ti en algún momento.

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