¿Qué es una recesión?
Muchas personas sienten que algo está mal en la economía, o que lo estará de manera inminente; hay una sensación generalizada de precariedad. Hasta Elon Musk dijo hace unas semanas que tiene un «muy mal presentimiento» con respecto de la economía y quiere dejar de contratar y recortar personal de su empresa; esto significará algo, ¿no? Los expertos se preguntan si todo este revuelo significa que estamos entrando en una recesión. Echemos un vistazo a este alarmante término económico.
¿Qué es una recesión?
Foto de Mikhail Nilov
Empecemos con una definición sencilla: una recesión es lo que sucede cuando la economía deja de crecer y empieza a encogerse. Puede durar meses o años y en cierto modo es una parte inevitable del ciclo de los negocios. Los expertos suelen declarar una recesión cuando la economía de una nación experimenta un producto interno bruto (PIB) negativo, niveles crecientes de desempleo, caídas en las ventas al por menor y una contracción en las mediciones de ingresos y fabricación durante un período prolongado. A lo largo de los años, los economistas desarrollaron varias teorías para definir cuándo un país va en camino de una recesión. En 1975, Julius Shiskin propuso valorar la tendencia en el PIB (es decir, el valor de todos los bienes y servicios financieros producidos por un país) durante dos trimestres consecutivos: si la cifra es negativa en ambos, el país está en recesión. En Estados Unidos, esa es la regla que se aplica oficialmente para entender si el país está en recesión. Más concretamente, la Oficina Nacional de Investigación Económica comprueba todos los parámetros en EE. UU. Aun así, cada país tiene su propia versión de esta misma oficina. Por ejemplo, en Italia este papel lo desempeña el Istituto Nazionale di Statistica (ISTAT).
¿Qué provoca una recesión?
Esta no es la pregunta más fácil de responder, y la mayoría de la gente con una carrera profesional en economía se pasa años investigándola y debatiéndola. La economía de un país es algo extremadamente complejo, y no hay una única respuesta. Hay más de una manera en la que puede comenzar una recesión. Algunas causas comunes son una conmoción económica repentina (como el brote del coronavirus), las burbujas de activos (como la burbuja inmobiliaria de 2008), la deuda excesiva, el exceso de inflación (cuando los precios de los bienes y servicios aumentan demasiado rápido) o el exceso de deflación (cuando los precios caen demasiado rápido). Para algunos economistas, los grandes cambios y transformaciones estructurales en las industrias son la mejor manera de explicar cuándo y cómo suceden las recesiones. Por ejemplo, una subida repentina y prolongada en los precios del petróleo debido a una crisis geopolítica (como la guerra en Ucrania) puede a su vez subir los costes en muchas industrias, o una nueva tecnología revolucionaria podría rápidamente volver obsoletas industrias enteras. En ambos casos, estos hechos podrían disparar una recesión generalizada.
Estanflación vs. recesión vs. depresión
Foto de Sergei Starostin
Estas tres palabras suelen aparecer cuando se habla de crisis económicas. Pero, ¿en qué se diferencian y cuáles son las repercusiones en cada caso? Las recesiones y las depresiones suelen tener causas similares, pero el impacto de una depresión suele ser mucho mayor. Algunos de los ingredientes clásicos de la depresión son más pérdidas de empleo, caídas más fuertes en el PIB del país y una tasa más alta de desempleo. Además, la depresión dura más tiempo.
La estanflación puede ser un poco más difusa. El crecimiento no tiene por qué ser necesariamente negativo, sino que puede estar simplemente estancado, pero cuando viene acompañado de una inflación y una tasa de desempleo elevadas, eso es la estanflación. Otra cosa que se debe tener en cuenta al hablar de estanflación, depresión y recesión es que no hay directrices claras para definir qué es alto y qué es bajo. Depende mucho del país.
¿Cómo puede afectarme una recesión?
Foto de Anna Tarazevich
El impacto de una recesión en tu vida personal puede ser bastante alto. Con una recesión, suele haber un aumento en el desempleo. Si pierdes tu trabajo, encontrar otro podría ser más complicado de lo habitual. Si consigues conservar tu trabajo, puede que te reduzcan la jornada o tu parte de los beneficios de la compañía. Probablemente tendrás que asumir más responsabilidades o hacer el trabajo de dos personas. Prepárate mentalmente para una temporada agotadora.
Este patrón general de incertidumbre harán que gastes menos dinero y te quites gastos extra, como las vacaciones, o que retrases compras grandes como un coche nuevo. También puede que reduzcas gastos en cosas como suscripciones a servicios de streaming, televisión por cable o cenas fuera. En función de lo que dure esta hipotética recesión, podrían cambiar las dinámicas de tu familia. Puede que tengas que postponer tu boda o retrasar un embarazo. Algunas personas pueden tener que volver a casa de sus padres mientras se recuperan económicamente. El valor de las inversiones, ya sean inmobiliarias o acciones en bolsa, suele caer en picado en tiempos de recesión. Si necesitas dinero y decides vender, puede que salgas perdiendo. En períodos así, los bancos también piden más avales para ofrecer préstamos, así que puede que tengas dificultades para conseguir una hipoteca o un crédito.
¿Qué puedo hacer para prepararme?
Sé que el panorama no es nada prometedor. Pero ten en cuenta que, históricamente, los ciclos económicos van y vienen. Puedes empezar por reorganizar ahora tus finanzas para no verte en un aprieto si las cosas se ponen feas. Intenta ahorrar dinero suficiente para sobrevivir un mínimo de tres meses sin grandes sacrificios; eso sería ya un buen comienzo. Recuerda que si finalmente llega una recesión, como todo en la vida, esta también acabará. Normalmente, tras un período de crisis económica hay grandes momentos de crecimiento. Tus sacrificios fortalecerán tu espíritu y te harán valorar tu estabilidad renovada.
La economía no está tan mal, pero una mezcla de factores hace a la gente creer que lo está. Aún no está claro en qué dirección vamos. Llegue o no la recesión, la economía parece estar en un momento de transición. Seguramente no podemos esperar el ritmo de los últimos años. Pero, de momento, todo esto de hablar de la recesión no es más que eso: palabras.
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