Por qué deberías tener un pocket para malgastar dinero

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Créeme: malgastar dinero es bueno. Al menos, puede serlo si lo haces bien. El truco está en saber cuánto gastar, en qué y con qué frecuencia.

La mayoría de los consejos sobre ahorro y cálculo de presupuestos giran en torno a una idea central: gastar menos dinero y ahorrar más. Y ese consejo es casi siempre acertado. No se puede ahorrar dinero si se gasta demasiado y, cuanto menos se gaste, más se puede ahorrar.

Sin embargo, el ahorro no se produce en el vacío, y los humanos no son frías máquinas de contar dinero. Somos seres vivos con sentimientos y deseos. Ser constantemente disciplinado respecto a algo es agotador y es más probable que nos lleve al agotamiento, lo que a su vez provoca que abandonemos nuestros objetivos financieros.

Pero también es importante una cierta disciplina: si no nos obligamos a ahorrar, tampoco llegaremos a ninguna parte.

La situación ideal sería disponer de una especie de válvula de escape: cuando la presión del ahorro sea excesiva, nos permitiría liberar un poco de vapor. Y eso es exactamente lo que pretende el pocket para gastos no necesarios.

Gastar poco y ahorrar mucho

El pocket para gastos no necesarios funciona así: cada mes, cuando llegue tu sueldo y pongas dinero en tus ahorros, saca un poco más y ponlo en un pocket aparte. Asegúrate de no poner tanto como para no poder cubrir tus gastos mensuales con lo que quede.

Este pocket será tu válvula de escape. Si compras cosas en las que sabes que no deberías gastar, hazlo con dinero de este pocket. Piensa en ello como si fuera la semanada, si te la daban de niño. En aquel entonces, si tenías suerte, no tenías que preocuparte por vestirte y alimentarte. La semanada era simplemente para que la disfrutaras. Y así es exactamente como debes tratar este pocket.

La forma en que decidas utilizar este pocket más allá de eso depende de ti. Al igual que con la semanada, puede que disfrutes más dejando que crezca un poco para poder comprar algo grande. Quizá también descubras que prefieres gastarla en pequeñas cosas constantemente y recibir un pequeño chute de serotonina sin tener que preocuparte por tus finanzas.

Por qué funciona

Todo lo que hacemos, desde cepillarnos los dientes hasta decidir qué marca de pasta comprar, requiere un esfuerzo mental. Cuanto más disciplina requiere una tarea, mayor es el esfuerzo. Esa es la razón por la que nos sentimos agotados después de una larga jornada de trabajo, aunque no hayamos realizado mucha actividad física. Nuestro cerebro solo tiene una cantidad de energía, y cada tarea que añadimos consume parte de ella. Incluso algo pasivo, como no gastar, requiere energía, porque nos mantenemos constantemente a raya. Es como hacer equilibrio en una cuerda floja: hay que tener mucho cuidado a cada paso para no caerse.

Al igual que ocurre con la actividad física, los períodos de descanso ocasionales permiten que nuestro cerebro se relaje y reponga nuestra reserva de energía mental. Cuando tu actividad es no gastar, tener una forma de gastar de forma segura a veces permite que nuestro cerebro se relaje, aunque solo sea un poco. De esta manera, podemos mantener la disciplina durante más tiempo.

Como todo lo que hacemos en la vida, esta idea pretende ayudar. Pero no seas demasiado duro contigo mismo si cometes errores. Cuenta tus éxitos, por pequeños que sean, y deja que te inspiren para seguir adelante. No hay competencia, solo tú y tu felicidad.