Cómo usar las tarjetas virtuales Vivid

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¿Alguna vez has pensado por qué todavía necesitas tener una tarjeta física para pagar las cosas? Aparte de cuando sacas efectivo en un cajero automático, es posible que ya no uses tu tarjeta física y, en cambio, utilices Apple Pay o Google Pay. Y cuando compras en línea, obviamente todo es digital.

En definitiva, sí que sabes cómo usar tu tarjeta digitalmente. ¿Pero sabes todas las cosas que podrías hacer con las tarjetas virtuales? Si no es así, aquí tienes una introducción.

¿Qué es una tarjeta virtual?

Cuando piensas en qué consiste una tarjeta de crédito o débito, solo adviertes que tienen algunas características clave: el número de la tarjeta, la fecha de caducidad y el código de seguridad. Lo único que tienen todas en común es que son solo números. Para ellos, no necesitas la pieza física de plástico o metal. Cuando pagas con la tarjeta en línea, esos números se transmiten mediante un sistema seguro proporcionado por el emisor de la tarjeta (por ejemplo, el sistema VISA).

Así es como funciona una tarjeta virtual: envía electrónicamente la misma información que enviaría tu tarjeta física.

En la app Vivid, para crear una tarjeta virtual debes desplazarte hacia abajo por la pantalla Pockets hasta tus tarjetas y, a continuación, tocar en “Emitir nueva tarjeta”,  y elegir una tarjeta virtual. Tu primera tarjeta virtual como miembro Prime es gratuita y cada tarjeta posterior cuesta 1 €. Para los miembros del plan Standard, la tarifa es siempre de 1 €. Puedes tener hasta tres tarjetas virtuales.

Cómo usar las tarjetas virtuales en tu favor

Las tarjetas virtuales son como tarjetas físicas, excepto que no son físicas. ¿En qué radica su importancia?

Te lo diré: en que puedes tener tantas tarjetas como quieras y crearlas y eliminarlas a tu antojo. Eso significa que, si quieres, puedes usar una tarjeta para una sola compra. Si deseas utilizar una tarjeta solo para pagar Netflix, también puedes hacerlo.

Es cuestión de dejar de pensar en una tarjeta como algo importante y permanente. Ahora, una tarjeta no es más que una forma temporal de pagar algo. Claro, quieres seguir teniendo una tarjeta física con un número más permanente como herramienta principal. Pero para todo lo demás, tus tarjetas solo existen durante el tiempo que desees.

Presupuestar con tarjetas virtuales

Se trata de uno de los mejores usos de las tarjetas virtuales. Gracias a que puedes vincular una tarjeta virtual a un pocket, como podrías hacerlo con una tarjeta física, puedes establecer límites para tus tarjetas basados en tu cuenta. Así, no solo mantienes tus compras dentro de esos límites, sino que si un pirata informático obtiene acceso a los datos de tu tarjeta, no puede acceder a tu cuenta principal, sino solo a la que hayas configurado para esa tarjeta. Si realizas una compra en línea y deseas una capa adicional de seguridad, esto puede garantizar que se mantengan seguros los datos principales de tu tarjeta.

No obstante, la utilidad de las tarjetas virtuales no tiene por qué limitarse a las compras en línea. Como tu tarjeta virtual también puede utilizarse con Apple Pay y Google Pay, puedes establecer límites en las categorías de gastos o deducir automáticamente algunas compras de pockets concretos: por ejemplo, puedes tener un pocket y una tarjeta para comestibles.

Existen muchos otros usos, como configurar una tarjeta virtual y un pocket para las compras en la tienda de aplicaciones de tu hijo, a los que transfieres una asignación mensual. O una tarjeta para caprichos que compras en línea, a la que envías algo de dinero todos los meses hasta que ya no quieras darte esos caprichos.  Sea lo que sea, tus tarjetas virtuales están ahí para desatar tu creatividad. Cuánto la desates depende de ti.