Una guía para invertir en divisas

Mucho antes de que el misterioso Satoshi Nakamoto ideara una criptomoneda, e incluso antes de que las acciones de empresas se negociaran en la bolsa de valores, la gente ya intercambiaba una moneda por otra para proteger sus ahorros y obtener beneficios. Se dice que el mercado de divisas es el mercado financiero más antiguo, pero, ¿cómo funciona? 

¿Por qué el dinero cambia de precio?

Retrocedamos un poco en el tiempo. Históricamente, el precio de las monedas estaba vinculado al precio del oro u otros metales preciosos. En 1944, tras las guerras mundiales, los países más industrializados de la época alcanzaron el acuerdo de Bretton Woods. El dólar estadounidense se convirtió entonces en convertible por una cantidad fija de oro que tenía la Reserva Federal de Estados Unidos: exactamente 35 dólares por onza. Cualquiera podía ir a la reserva y cambiar sus dólares por oro. Esto también tuvo un efecto interesante: si Estados Unidos quería imprimir más dinero, tendría que conseguir más oro. Como el dólar tenía un valor fijo, muchos países vincularon sus monedas al dólar. 

Entonces, ¿podría ir a la Reserva Federal a por mis pepitas de oro? Ya no. Durante la guerra de Vietnam, Estados Unidos se vió obligado a imprimir más dinero y las reservas de oro dejaron de ser suficientes para todos los dólares que había en circulación. En 1971, Richard Nixon suspendió “provisionalmente” el patrón oro y el dólar pasó a ser dinero fiat con un tipo de cambio flotante. Eso significa que son la oferta y la demanda en el mercado de divisas las que establecen su precio. No hay nada más permanente que una decisión temporal, y así sigue siendo hasta hoy. 

Muchas monedas siguen de hecho vinculadas al dólar hoy en día. Éstas tienen un tipo de cambio fijo y sus precios se mueven en la misma proporción que la moneda a la que están vinculadas. ¿Por qué lo hacen? Originalmente, el propósito era mantener la estabilidad económica porque suelen compartir divisa con el principal socio comercial del país. Al mismo tiempo, conlleva el riesgo de estar expuesto a cualquier cosa que pueda ocurrir en un país extranjero. Así que esos bancos centrales mantienen grandes reservas de la moneda de referencia para poder hacer ajustes en su economía. Algunos ejemplos de monedas con tipos de cambio fijos son el riyal saudí, que está vinculado al dólar estadounidense, y la corona danesa, vinculada al euro.

¿Qué es el mercado de divisas?

El mercado de divisas o Forex (abreviatura de su nombre en inglés, Foreign Exchange) es el mayor mercado financiero del mundo con diferencia, mayor incluso que todos los mercados de valores juntos. Mueve billones de dólares cada día. Se creó para facilitar el comercio internacional, pero ahora el porcentaje de divisas que se intercambian para comprar bienes y servicios es mínimo comparado con el volumen que se destina a la inversión.

El control está descentralizado y repartido en una red internacional de bancos, instituciones, brókeres, empresas e inversores. Está abierto las 24 horas del día, de lunes a viernes, ya que los horarios de los distintos mercados se solapan: Londres, Nueva York, Tokio y Singapur son algunos de los principales. 

Ahora vamos a ver de los pros y los contras para ti como inversor. El Forex es un mercado muy líquido, lo que significa que puede acceder a su dinero casi inmediatamente, pero... también es extremadamente volátil, ya que los tipos de cambio pueden cambiar en cuestión de milisegundos si las noticias anticipan algún acontecimiento que pueda afectar a una divisa. Por lo tanto, es muy arriesgado. 

El comportamiento es muy diferente al de las acciones. Las acciones pueden bajar momentáneamente, pero tienden a subir a largo plazo (si la empresa está funcionando bien). Las divisas pueden subir y bajar drásticamente, pero a largo plazo suelen perder valor debido a la inflación. Por eso los inversores suelen utilizar las divisas como una apuesta a corto plazo, manteniendo las inversiones normalmente sólo durante unas semanas.

¿Cómo invertir en divisas?

Cuando necesitas cambiar dinero para un viaje, puedes conseguir un mejor o peor trato dependiendo del momento en que hagas el cambio. Si ves en las noticias que la economía del país está creciendo, puede que decidas hacer el cambio por adelantado a un precio más asequible y mantenerlo. En cambio, si parece que las cosas no van bien y la moneda podría devaluarse, quizá sea mejor esperar hasta las vísperas de tu viaje. Es el mismo principio que cuando inviertes en acciones: compras las divisas que crees que van a subir y vendes cuando crees que van a bajar.

Las divisas cotizan por pares, es decir, en una comparación de dos divisas, apostando una contra la otra. La relación de precios entre ellas se denomina tasa de cambio y viene determinada por la oferta y la demanda en el Forex. Así que la pregunta no sería "cuánto vale un euro", sino "cuánto vale un euro en dólares" o "cuánto vale un euro en yenes".

Para que entiendas cómo leer las tasas de cambio: si el tipo de cambio EUR/USD es 1,20, significa que vas a recibir 1,20 dólares (divisa cotizable) por cada euro (divisa base).  

En mayo de 2020, con 1 € podías comprar 1,10 $. Un año después recibirías 0,10 $ más.

Las tasas de cambio pueden variar en función de los tipos de interés, la inflación, la estabilidad política, la tasa de desempleo y balanza comercial (diferencia entre importación y exportación) del país que emite la moneda, entre otras cosas. Así que esos son algunos de los datos que debes tener en cuenta si estás pensando invertir en divisas.

La app Vivid te permite tener pockets en hasta 100 divisas diferentes y vincularlos a tu tarjeta cuando viajes. Incluso si no lo has vinculado, detecta automáticamente la moneda de pago y realiza las transacciones desde el pocket que tiene la divisa elegida. De esta manera, tú decides la tasa de cambio de tus compras. Sin sorpresas.

También puedes ir a la antigua usanza y coleccionar monedas de diferentes países y momentos históricos. Como ya hemos visto que tener monedas es una forma de invertir, puedo decir que mi primera cartera de inversiones fue una colección de euros que reuní cuando tenía 12 años. 

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